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«El movimiento obrero siempre estará en deuda contigo, camarada Miguel»
(22-06-08, La Verdad)

El funeral cívico por el ex teniente fiscal Gutiérrez Carbonell destiló hermosura, palabras humanas y hasta la lírica apareció El tanatorio se desbordó de familiares, amigos y Judicatura

BERNAT SIRVENT. En el funeral no religioso por el ex teniente fiscal de la Audiencia Provincial, Miguel Gutiérrez Carbonell, fallecido al filo de la medianoche del pasado jueves, se escucharon ayer palabras hermosas, nada jurídicas y hasta líricas. Pero la que más se oyó entre los intervinientes, familiares y amigos fue una: la del compromiso social de un hombre de bien, pese a pertenecer a lo que se conoce como judicatura.

No cabía un alfiler. Faltaban quince minutos para que diera comienzo el acto cívico para despedir al respetado finado, conocido como el fiscal rojo por su indisimulada afinidad con el Partido Comunista y por su firme e inquebrantable defensa de los derechos de los trabajadores, y la capilla del Tanatorio La Siempreviva de Alicante estaba a rebosar.

Antes, se habían acometido diversos cambios en la escenificación. La capilla se había desprovisto de cualquier símbolo directamente relacionado con la religión, en este caso con la católica.

Tras una breve presentación y agradecimiento en nombre de la familia por parte de José Miguel Gutiérrez, hijo del venerado fiscal, llegó una hora de las sinceras lisonjas.

Allí estaba el magistrado, y siempre amigo del fallecido, Faustino de Urquía. Destacó de Miguel sus «grandes y firmes convicciones, porque nunca ocultó que era comunista y republicano, incluso en tiempos difíciles para su profesión lo asumió». Lo calificó como un «obrero del Derecho, porque su instrumento de trabajo era la ley». De él destacó que en la judicatura no es necesario saber mucho Derecho, «sino tener el valor de aplicarlo».

El juez dijo que, pese a que «algunos asuntos conflictivos le pasaron factura personal, nunca miró hacia otro lado». Aseguró que, entre los poderes políticos y económicos, «no gustaba su mirada imparcial, además tenía una mirada poliédrica». Sintetizó su dedicatoria con que «Miguel era una persona entrañable, era imposible no quererlo». Como el resto de discursos, no tuvo el aplauso de los amigos y presentes, que no pudieron reprimir una larga ovación al final del acto. Tras De Urquía tomó la palabra López Coig, actual teniente fiscal y responsable de Salud Laboral, como lo fue Miguel. Empezó en términos hernandianos, poeta de cabecera del finado: «Ha muerto como el rayo…». Destacó de él su bondad, solidaridad, implicación con el pueblo, inquebrantables convicciones, vitalidad o finísimo sentido del humor. Subrayó que la clase trabajadora le debe a él su preocupación constante por la prevención de riesgos: «A él le debemos el cambio de concepción en la judicatura por los delitos contra los trabajadores, incluso sin mediar un siniestro». «Me repetía que los empresarios y profesionales que no garantizaban a los trabajadores la seguridad laboral eran delincuentes, de cuello alto, pero delincuentes al cabo», dijo López Coig, con voz siempre entrecortada por la emoción del momento.

Coherencia

Y llegaron las palabras también entrañables de Felipe Briones, que tampoco pudo disimular sus lágrimas al final de una larga despedida lírica: «Descansa junto al mar», le deseó a Miguel. A continuación, intervino Antonio Martín Lillo, por el PCE: «Se ha truncado tu proyecto vital, pero no muchos de los que has puesto en marcha», le dijo a él, en tono de recordatorio par los presentes, para a continuación, y en línea con los que le antecedieron y le sucedieron en el acto, destacar su proyección social: «El movimiento obrero de Alicante está en deuda contigo, camarada».

La bonhomía y la coherencia personal fueron dos valores destacados en el acto. También por el portavoz local de la Comisión Cívica por las Recuperación de la Memoria Histórica, Enrique Cerdán Tato. «Era una persona incapaz de disgustarse con casi nadie, salvo con el que fura fiscal general del Estado», recordó. Al acto no faltó la Síndica de Greuges, Emilia Caballero; el decano de los abogados, Mariano Caballero; el fiscal jefe del TSJ, Ricard Cabedo; el de la Audiencia Provincial, José Antonio Romero; la edil socialista Sánchez Brufal; el portavoz de PIC, Manuel Alcaraz; o los sindicalistas Paco Velasco y Salva Roig, de CC OO. Miguel recibió una larga ovación.

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