El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La conmemoración tiene su origen en la fecha en que fueron asesinadas en 1960 las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) por la dictadura Dominicana de Trujillo. La Asamblea General de la ONU asumió la jornada de reivindicación en 1999. Hoy en día la lacra sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y generalizadas del mundo.
Se calcula que casi 1 de cada 3 mujeres han sido víctimas de la violencia física y/o sexual al menos una vez en la vida. Pese a los avances producidos en nuestro país desde la aprobación por unanimidad en el Congreso de los Diputados de la L.O. 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, en los últimos tiempos el negacionismo de la violencia de género está influyendo de manera muy negativa en la evolución del problema, siendo muy preocupantes los resultados de las encuestas realizadas entre nuestros jóvenes al respecto de la existencia y gravedad de la Violencia sobre la Mujer, muy influenciados por este estado de opinión.
Desde 2013, 1.236 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, a consecuencia de estas cifras, 428 niñas y niños han quedado huérfanos, 51 en lo que va de año.
También desde el 2013, 49 menores han sido asesinados. La violencia vicaria es la más cruel y despiadada modalidad de violencia sobre la mujer porque instrumentaliza a los hijos e hijas con la finalidad de causarle a la mujer un daño irreparable.
Es por ello, que hoy más que nunca se hace especialmente necesario reafirmar nuestro compromiso con la lucha contra la Violencia sobre la Mujer, combatir el negacionismo y dotarla de medios suficientes y mecanismos adecuados para evitar la impunidad de los perpetradores y la estigmatización social que aún siguen sufriendo las víctimas, siguiendo las pautas fijadas por la Declaración sobre la eliminación de la Violencia contra la Mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993.
