Queridos compañeros y amigos:
Bien sabéis que la hasta ahora Presidenta de la Unión Progresista de Fiscales, Gabriela Bravo, ha sido llamada a grandes responsabilidades como nueva vocal del Consejo del Poder Judicial, lo cual debe llenarnos de orgullo como Fiscales y como asociación.
Esta impredecible circunstancia ha determinado que en reunión del Secretariado de la UPF celebrada el pasado 22 de septiembre se abordara el nombramiento de un nuevo presidente/a para la asociación. Debéis saber que quien estatutariamente estaba llamado a suceder a Gabriela en la Presidencia, el Vicepresidente, Miguel Ángel Arias, declinó asumirla por motivos personales, por lo que el Secretariado acordó que fuera nuevo Presidente quien en el Congreso de Oporto fue el candidato a vocal más votado después de Gabriela. Miguel Ángel conserva la Vicepresidencia en los mismos términos que hasta ahora, lo cual debemos agradecerle especialmente dado que su dilatada experiencia de gestión asociativa resulta hoy por hoy un pilar de funcionamiento.
Es por ello que me dirijo ahora a vosotros desde mi nueva calidad de Presidente de la UPF, posición particularmente difícil por cuanto Gabriela nos ha legado unos estándares de dedicación, actividad y dinamismo difícilmente igualables.
Quiero, en fin, saludaros y ofreceros mi total disponibilidad y compromiso de dedicación, así como manifestar mi firme intención de contribuir en lo posible a mantener la tradición de la UPF como polo activo de progresismo político-social en nuestra carrera y en el mundo jurídico en general, fiel a los principios que siempre nos han caracterizado en defensa de los únicos que necesitan ser defendidos, que son los más débiles. Y ello en unos momentos en que, lo digo como lo siento, nuestra actividad profesional se desarrolla en un contexto donde corremos el riesgo de que el Derecho Penal deje de ser el mínimo de convivencia para transformarse en una técnica más de intervención social, donde los miedos sociales asumen un papel protagonista; miedo al otro, al diferente; miedo a las pulsiones sociales incontroladas; miedo a aparentar debilidad. Frente a este escenario creo que nuestro trabajo debe centrarse, como hasta ahora, en ofrecer una visión progresista, serena y jurídicamente ponderada de los fenómenos sociales y las reformas legislativas en curso, exigiendo para estas últimas la necesaria reflexión técnica en su elaboración y oponiéndonos con firmeza a la tentación de expandir el Derecho Penal a golpe de titular de prensa. Y no quiero dejar de referirme a la siempre aplazada reforma del proceso penal, donde el definitivo establecimiento de la dualidad Fiscal investigador / Juez de garantías debe ser el instrumento para llevar de una vez al siglo XXI nuestro ineficiente proceso penal, anclado en el XIX.
Recibid todos el más cordial de los saludos.
Emilio Jesús Sánchez Ulled.- Presidente de la Unión Progresista de Fiscales
Barcelona, a 25 de septiembre de 2008