Tras la celebración del Consejo Fiscal de fecha 24 de abril de 2014 en la que fue tratada la impugnación realizada por los compañeros de Madrid sobre las nuevas normas de reparto de trabajo de la Fiscalía de Madrid, la UPF quiere manifestar lo siguiente:
La UPF lamenta profundamente la decisión del Fiscal General de aplazar su resolución permitiendo la puesta en marcha de la nueva organización prevista por la jefatura de la Fiscalía Provincial de Madrid en contra del criterio mayoritario de la práctica totalidad de la plantilla, eludiendo así dar solución al problema planteado por un elevada representación de los fiscales de Madrid, cuestión que puede derivar en un auténtico enfrentamiento entre la jefatura y los compañeros de Madrid.
Ignorar el sentir de toda una plantilla tan heterógenea y numerosa como es la de Madrid supone obviar las inquietudes de la carrera, alejarse de la realidad e ignorar la capacidad que como juristas y profesionales del Derecho tienen todos los fiscales, al tiempo que se les impone exclusivamente el deber de acatar las imposiciones de la jefatura.
Considerar que la votación de la junta de fiscales de Madrid no es significativa para, al menos, aplazar la aplicación de las nuevas normas de reparto hasta que el Fiscal General pudiera tener cabal conocimiento del asunto, supone desconocer qué gesto o determinaciones debe realizar una plantilla cuando compruebe, con legitimidad y rigor, que se están socavando sus derechos y legítimas expectativas profesionales.
El compromiso del fiscal jefe de Madrid al solicitar la jefatura de Madrid fue el de no hacer más reformas que las necesarias para mejorar el ya buen funcionamiento de esa Fiscalía. Con esta imposición lo ha incumplido ante quien lo postuló. Esta manera de actuar y no atender las demandas y quejas de la plantilla no son formas de ejercer con rigor una jefatura.
Por otro lado, alegar que el Consejo Fiscal no es el órgano ni el lugar donde se pueda discutir la reclamación de casi cien fiscales de una plantilla -sin que haya una alternativa para ello- evidencia la necesidad de un nuevo Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal. Sin embargo, en tanto no tengamos un instrumento eficaz para la organización y el buen funcionamiento de la carrera no puede dejarse sin voz ni amparo a nuestros compañeros. Del mismo modo, interpretar la ley para no resolver problemas supone, sin lugar a dudas, huir de ellos y desde la UPF entendemos que asumir la responsabilidad de formar parte de las instituciones implica fundamentalmente trasladar al Fiscal General las inquietudes y el sentir de la carrera.
En este sentido y finalmente, la UPF lamenta que la mayoría de los vocales del Consejo Fiscal, quienes coinciden en la calificación de la situación de la Fiscalía de Madrid como preocupante y sin precedentes, no dieran un apoyo decidido a la petición de medidas concretas formulada por los compañeros, limitándose a plantear un mero pronunciamiento formal.
En Santiago a 25 de marzo de 2014
UNION PROGRESISTA DE FISCALES
