Desde la UPF queremos expresar nuestra profunda preocupación por la situación de caos y desorganización en la que se encuentra el CEJ tras el nombramiento de su nuevo Director. Hemos pasado de tener en el Centro dos miembros de la Carrera Fiscal (Director y Fiscal Asesor) a no contar con ningún interlocutor operativo que permita coordinar contenidos, facilitar la organización y ejecución de los planes de formación y, sobre todo y especialmente, servir de enlace institucional entre el CEJ, en cuanto órgano de gestión, y la Carrera Fiscal.
Las disfunciones, que ya se están produciendo, afectan principalmente a los compañeros que están en el Curso de Formación Inicial, pues parece que el CEJ no es consciente de que no son alumnos universitarios sino Fiscales en prácticas, con las exigencias de rigor, respeto y seriedad que su formación requiere tanto en la organización, en los contenidos como en el trato. No olvidemos la transcendencia e importancia que tiene la formación de jueces y fiscales, que el Consejo de Europa (Consejo Consultivo de Fiscales Europeos) vincula directamente a la autonomía e independencia en el ejercicio de nuestras funciones así como a la calidad de nuestro trabajo.
Es evidente que el Ministerio de Justicia nos está dejando claro que el CEJ es su centro y que a ellos les corresponde las decisiones a la hora gastar el presupuesto destinado a la formación de los Fiscales y su voluntad no es otra que hacer del CEJ una estructura administrativa y burocrática destinada a la formación de “funcionarios”.
Desde aquí os animamos a transmitir a la Fiscalía General del Estado todas las quejas que tengáis en relación con el CEJ a fin de exigir una solución urgente a este despropósito.
En Santiago a 13 de febrero de 2017
Un comentario
¿qué otro organismo que no fuera el CEJ, sería capaz de impartir la formación?